En M&A, un detalle puede cambiarlo todo. ¿Qué elementos hacen que estas operaciones sean tan sensibles y complejas más allá del riesgo y la anticipación?
En el contexto corporativo actual, las operaciones de fusiones y adquisiciones (Mergers and Acquisitions, M&A en inglés) representan uno de los mecanismos más complejos y estratégicos para el crecimiento empresarial.
Basándome en mi experiencia, identifico cinco pilares fundamentales que deben abordarse en toda transacción de esta magnitud:
- La debida diligencia como pilar de la transacción.
Antes de avanzar en cualquier negociación de M&A, el informe de debida diligencia constituye la herramienta fundamental para comprender la realidad jurídica, contable y operativa de la empresa objetivo. Este proceso permite identificar contingencias legales, laborales, tributarias, societarias o contractuales que pueden incidir en el valor real del negocio o en la estructura final de la transacción.
Un informe exhaustivo no solo previene riesgos, sino que también proporciona al comprador una base sólida para negociar garantías y ajustes de precio, fortaleciendo la transparencia y la confianza entre las partes.
- El lenguaje jurídico adecuado: claridad y precisión.
Un aspecto frecuentemente subestimado en los contratos de M&A es el uso del lenguaje legal. La redacción debe ser técnica pero clara, de manera que todas las partes -inversionistas, asesores, terceros envueltos y contrapartes extranjeras- comprendan con precisión los alcances de cada disposición.
El empleo de términos ambiguos o de redacciones genéricas puede generar lagunas contractuales que se traduzcan en conflictos interpretativos o contingencias posteriores. En estas operaciones, la precisión lingüística es, en sí misma, una forma de seguridad jurídica.
- La redacción de cláusulas como herramienta de mitigación de riesgos.
Cada cláusula del contrato de compraventa de acciones o activos debe responder a una función preventiva. Aspectos como las garantías e indemnizaciones, las condiciones suspensivas y resolutorias, y las obligaciones de cierre deben ser cuidadosamente estructurados para anticipar posibles escenarios de incumplimiento o de revelación posterior de pasivos ocultos.
Una redacción sólida no solo delimita derechos y obligaciones, sino que mitiga contingencias y facilita la ejecución ordenada de la transacción.
- La gestión temprana de terceros intervinientes.
En las operaciones de M&A suelen intervenir indirectamente bancos, autoridades regulatorias o entidades gubernamentales cuya aprobación o pronunciamiento es necesario para consumar el acuerdo.
Resulta esencial atender estos requerimientos de manera anticipada, pues la falta de coordinación con estos actores puede retrasar o incluso obstaculizar la negociación. Una planificación adecuada del cronograma regulatorio y financiero es clave para asegurar un cierre eficiente.
- Definición clara de condiciones, plazos y etapas del cierre.
Es vital establecer con precisión los cumplimientos, plazos y condiciones que deben satisfacerse para la perfección de la compraventa. Esto incluye tanto las condiciones precedentes al cierre como las obligaciones post-cierre, asegurando que cada fase esté debidamente calendarizada y documentada. Una estructura contractual detallada reduce la incertidumbre, facilita el control del proceso y contribuye al cumplimiento exitoso del acuerdo definitivo.
A modo de conclusión, y a mi juicio, el éxito de una operación de M&A depende en gran medida de la planificación jurídica y fiscal previa, de la claridad en la redacción contractual, y del manejo proactivo de los factores externos que pueden influir en su desarrollo.
Cada transacción, en definitiva, requiere un enfoque integral atendiendo al análisis legal, la precisión técnica y la visión estratégica del negocio correspondiente.
Por: Lic. Jorge Astacio Lluberes
Abogado Asociado, Departamento de Estrategia Legal.